ENRIQUE PANTOJA MUÑOZ

ENRIQUE PANTOJA MUÑOZ

Con su honorabilidad intachable, con su capacidad intelectual indiscutible, con su sinceridad de amigo, se labró por si sólo un pedestal que lo encumbra sobre todas las generaciones.

Hoy duerme sobre un tálamo de rosas y de esencias, reposa ya sobre la heredera que nos deja, sobre sus archivos de historia, sobre sus empolvados escritos, que en tantos años fueron dibujando nuestros campos, nuestros paisajes, y nuestras gentes.

Hoy se tronchó su vida, como un árbol cargado de flores y de frutos, agobiado por una racha de huracán en el destino.

Pero aquí está latente su recuerdo… palpita por todos los rincones de su hogar y de su tierra y con su ausencia el corazón se oprime ante un ADIOS amargo.

La ausencia, como el ADIOS, tienen profundos sus arcanos que guardan el dolor en cofre nacarado y se embalsaman con la suavidad de un suspiro de una lágrima.

En la ausencia de los seres queridos, hay secretos insondables… sutiles velos que esconden tantas cosas grandes… son ágiles los cristales de sus rejas, son tan cortas todas las distancias; que se acercan con un solo recuerdo y se llega hasta ALLA sin nada de palabras… con el sólo pensamiento.

Mañana, como este amigo, estaremos tantos ausentes…caeremos como caen las hojas amarillentas en las montañas, nos hundiremos como el ocaso en lontananza y nuestro espíritu como el del ilustre amigo, flotará en el incógnito del espacio como lluvias de estrellas en una noche clara.

Te quedas en las raíces que has sembrado en tu esposa, en tus hijos, en tu raza entera que en selectos poemas cantaste a Nariño entero, a la Reina Lajeña, a sus riscos y montañas.

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